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¿QUÉ ES UN ICTUS?

¿QUÉ ES UN ICTUS?

(Trombosis, Embolia, Derrame)

 

Martha Cecilia Orjuela A.

Coordinadora PyP

La palabra ICTUS viene a sustituir a todos aquellos términos que han hecho historia en nuestro acervo cultural para referirse a la brusca obstrucción de un vaso sanguíneo cerebral (trombosis, embolia), a su rotura (derrame) o a ambas (apoplejía). Este vocablo será el único aceptado a la hora de referirse a cualquier tipo de patología cerebrovascular aguda.

Se trata de una enfermedad cerebrovascular que limita o impide que llegue sangre al cerebro provocando daños neuronales.

Se divide en dos tipos: 

  • Isquemia (infarto cerebral) en el que un coágulo impide el paso de la sangre (por ejemplo un trombo).
  • Hemorrágico, es decir, la ruptura de un vaso cerebral. Esta patología representa una de las principales causas de discapacidad permanente en el adulto.
causas

La edad es un factor de riesgo no modificable, ya que la incidencia del ictus aumenta a partir de los 60-65 años. Otro factor no modificable es el género, la raza y los antecedentes familiares.

Dado que los factores de riesgo más frecuentes a la hora de sufrir un ictus son la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol, el tabaquismo, la obesidad, los problemas de corazón, la vida sedentaria y el consumo de alcohol, entre otros, bastaría con tenerlos controlados.

 ¿Cómo? Cuidando la alimentación (Se recomienda consumir abundantes frutas y verduras, cereales integrales, carnes magras, pescado y legumbres, y poca sal y azúcar), dejando el tabaco, haciendo ejercicio físico, con controles periódicos para ver si tenemos hipertensión arterial o colesterol alto, y tomando medicamentos preventivos en caso necesario.

síntomas

Los  síntomas de alarma de ictus, son desconocidos para la gran mayoría de la población. Sin embargo, son muchos los síntomas y aquí tenemos lo más comunes:

  • Pérdida repentina de la fuerza en la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
  • Una desviación de la cara. Por ejemplo, la comisura bucal de un lado de la cara puede caer hacia un lado.
  • Siente vértigo, todo le da vueltas o ha sufrido una caída.
  • Alteración repentina en la sensibilidad (“hormigueo o entumecimiento”) en cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
  • Pérdida súbita de la visión de uno o ambos ojos.
  • Confusión súbita con dificultad repentina para hablar, expresarse o comprender el lenguaje.
  • Dolor de cabeza súbito, de alta intensidad y sin causa aparente.
  • Sensación de inestabilidad o desequilibrio bruscos, en especial si se acompaña de algunos de los anteriores.

 En la gran mayoría de los casos, se suele presentar una combinación de estos síntomas pero en cualquiera de estos supuestos, y aunque los síntomas hayan sido transitorios y pasajeros, es de vital importancia acudir al hospital sin demoras, puesto que algunos tratamientos sólo pueden llevarse a cabo o ser eficaces en un corto periodo de tiempo (primeras 4, 5 horas) después del inicio de los síntomas.

tratamiento

Los objetivos terapéuticos ante el paciente con ictus son preservar la vida de la persona que lo ha sufrido y preservar la función de las estructuras cerebrales involucradas.

En tanto los tratamientos disponibles deben ser administrados lo más pronto posible, es decir dentro de las  4,5 primeras horas tras el inicio de los síntomas, así como trasladar al paciente que acaba de sufrir un ictus a un hospital lo antes posible.

Una vez establecido el diagnóstico (historia clínica, exploración neurológica, estudios complementarios) las posibles opciones de tratamiento serán:

  • Fibrinolisis endovenosa. Consiste en la administración de un fármaco encaminado a “disolver” el trombo que ha causado el ictus. Lógicamente esta opción queda reservada para los ictus isquémicos.
  • Fibrinolisis intraarterial o abordaje endovascular (trombectomía). En casos seleccionados, bien por la naturaleza del propio ictus (trombo en origen de una gran arteria), por el tiempo transcurrido (más de 4,5 horas) o por otras circunstancias (el propio fracaso del tratamiento intravenoso), puede recurrirse a estos procedimientos de neuro-intervencionismo vascular.

 Se da igualmente soporte hemodinámico (sueros y fluidos parenterales), oximétrico (oxígeno, en los casos precisos) y nutricional (enteral o parenteral, según permita el estado clínico del paciente), así como el tratamiento de todas aquellas circunstancias que concurran en un caso dado (edema cerebral, arritmias cardiacas, infecciones intercurrentes, alteraciones iónicas, descompensaciones hiperglucémicas, etc.).

Superada la fase aguda entra en juego el tratamiento rehabilitador, a diseñar en función de las secuelas de cada paciente (logopedia en unos casos, rehabilitación de la marcha en otros, etc.). Este proceso puede prolongarse días, semanas o meses, en función de la situación de partida y los objetivos a alcanzar.

RECOMENDACIONES PARA FAVORECER LA RECUPERACIÓN

Esta serie de recomendaciones, tanto al paciente como a la familia, pueden facilitar la vuelta a casa:

  • Importante: no lo trate como un niño.
  • Hablarle de forma clara y sencilla, sin gritos, situándose frente a él.
  • Ser directos, con mensajes concretos. Es recomendable el uso de fichas con dibujos. Para facilitar la comunicación, utilizar lápiz y papel o pizarra.
  • Es conveniente animarle con sus progresos, no interrumpirle cuando está hablando y dejarle tiempo para que piense y se exprese, procurando que tome decisiones: “qué te gusta”/“qué prefieres” e intentar no responder por él/ella.
  • Es necesario fomentar la relación social: escuchar la radio o música, leer el periódico, tenerle al corriente de las cosas familiares, etc.
  • Procurar que esté distraído. Para ello, es bueno aconsejarle nuevas aficiones y actividades.

Objetivo: evitar que la persona se sienta aislada y hacerle partícipe de todo lo que pasa en su entorno, con la intención de que colabore en lo que pueda.

CÓMO PREVENIR UN ICTUS

El ictus es una patología que “se puede prevenir”. La prevención primaria, esto es, la que todos podemos hacer para minimizar nuestro riesgo personal de sufrir un ictus futuro, pasa por los siguientes consejos:

  1.  Llevar una dieta rica y saludable, baja en sal y grasas.
  2. Realizar actividad física de forma regular.
  3. Controlar el peso, la presión arterial y los niveles de colesterol y azúcar en sangre (y, en su caso, tratar de forma correcta).
  4. Abandonar el tabaco y restringir el consumo de alcohol a niveles moderados.
  5. Controlarse el pulso de forma regular y, caso de apreciarlo rápido o con palpitaciones en una situación de reposo, consultar al médico.

 Las personas que ya han sufrido un ictus están obligadas a realizar una “prevención secundaria”, encaminada a minimizar el riego de recurrencias futuras. En este caso, aparte de las medidas de prevención primaria ya señaladas, es precisa la toma diaria de medicación (antiagregantes, anticoagulantes) y el control periódico en la consulta (examen clínico, control periódico de estado vascular con doppler de carótidas y/o transcraneal, análisis, etc.).

El daño cerebral que produce un ictus depende en gran medida del tiempo en el que dura este trastorno y de la zona que se haya visto afectada. Por lo tanto, saber identificar los síntomas para acudir cuanto antes al hospital, puede ayudar a mejorar significativamente el pronóstico de esta enfermedad, mientras que el control de los factores de riesgo es otro paso importante para su prevención. Conocer los síntomas del ictus podría ayudar a evitar el 90 por ciento de los casos.